Grulleros
Deriva su nombre de "grullarios", que eran las gentes que se dedicaban a la captura y crianza de grullas para vender en los mercados capitalinos. Este es un terreno de zonas húmedas y boscosas, muy apto para la vida de estos animales. En los topónimos de este pueblo abundan los que hacen referencia a las zonas húmedas como Fontanal, Ponjos y Ponjales, Carrizal, Lagunas, Charco.
Don Claudio Sánchez Albornoz en su pequeña obra "Una ciudad de la España cristiana de hace mil años", resalta el mercado de la ciudad y hace referencia a los grulleros que venían con sus grullas y luego pavos a venderlos al mercado de la capital, que se celebraba los miércoles, día de Mercurio.
Fue de tal importancia este mercado que el gran literato Enrique de Villena, noble nieto bastardo del monarca Don Enrique III el Doliente, que era Maestre de la Orden de Calatrava, a caballo entre los siglos XIV y XV, menciona en su libro "Arte Cisoria" o del buen trinchar y del buen comer, las grullas que se yantaban en su época.
